Vuelo

Vuelo. Imagen de Free-Photos en Pixabay
Vuelo. Imagen de Free-Photos en Pixabay

Vuelo

El asiento era un poco duro y apenas tenía espacio para las piernas, por lo que empezaba a arrepentirse de haber comprado el pasaje mas barato de la clase mas económica posible. Sin embargo, ya no había vuelta atrás. Su avión ya estaba despegando. Solo le quedaba esperar que fuera un vuelo tranquilo.

Una vez que el aparato se estabilizó en el cielo, se puso a pensar en las cosas que haría cuando llegara a su casa. Los primeros días solo quería estar con su familia y descansar. Mas adelante, haría otras actividades. Quería aprovechar sus vacaciones todo lo posible, pero a la vez también deseaba hacer cosas que normalmente no podía debido a su ajetreada vida. Hacía tantas cosas a la vez, que cuando pasaba unos instantes sin hacer nada tenía esa incómoda sensación de que perdía el tiempo. Intentó dejar su mente en blanco todo el tiempo posible. Apenas logró diez segundos antes de que todos pensamientos y preocupaciones regresaran a su cabeza. Suspiró.

Sintió necesidad de ir al baño y volvió al cabo de unos instantes. No le gustaba hacer levantar al pasajero del lado del pasillo, pero no había mas remedio. De repente, oyó la voz del piloto indicando que el vuelo ya estaba llegando a su destino. Miró su reloj y se sorprendió de lo rápido que había pasado aquella vez el tiempo, pero se alegró de que así fuera. Espero con paciencia a que la mayoría de los pasajeros saliera antes de abandonar ella misma el avión.

El transporte del aeropuerto la llevó junto con los demás pasajeros a la terminal de llegada. Una vez allí, se dirigió a la cinta para recoger su maleta. Cuando la localizó, se apresuró a tomarla por su asa. Al levantar la mirada, notó que dos policías la observaban fijamente. Llamaron a un tercero, que asintió. Los tres agentes se acercaron a él y le pidieron que fuera con ellos. Entraron en una sala con una tenue luz y cerraron la puerta. Le indicaron que se sentara. Los uniformados se pusieron a comentar alguna cosa entre ellos.

Después de varios minutos, unos de los policías empezó a hacerle preguntas sobre el motivo de su viaje. Ella las iba contestando como podía pero su interrogador cada vez hablaba cada vez mas y mas rápido, por lo que era imposible seguirle el ritmo para poder pensar lo que decía. De repente, el agente entró en cólera, la agarró de su chaqueta y tiró de ella con fuerza. Abrió los ojos. Una sonriente azafata intentaba despertarla sutilmente dándole toques en el hombre para avisarle de que el vuelo había aterrizado y debía bajarse de la aeronave.