
Las perlas
Él era el único de los presentes que no sonreía. Todo el mundo estaba maravillado después de escuchar aquel proceso que se seguía para obtener las perlas cultivadas, pero a él le parecía una cosa absurda. Al igual que la mayoría de las personas, siempre se había sentido fascinado por lo que eran capaces de producir las ostras. Había venido a aquella charla con gran ilusión. De repente, las perlas habían dejado de brillar en su mente.
La realidad era demasiado dura como para ignorarla. Se empezó a disgustar cuando se enteró de que era necesario provocar una herida a las ostras para poder introducirles un objeto. Su rechazó aumentó cuando se dio cuenta de que dicho objeto suponía un estorbo y una amenaza para aquellos seres y por eso realizaban un proceso para neutralizarlo. Lo que terminó de enfadarlo fue el momento en el que escuchó que la mayoría de las ostras morían sin llegar a producir una perla. Solo un porcentaje muy pequeño de ellas lograba el objetivo que se proponían los criadores. Él se percató de que era un sistema totalmente ineficiente.
Nunca se había considerado un gran defensor del medio ambiente ni se había involucrado en ningún proyecto natural, pero todo lo que había escuchado en aquella charla le había producido un rechazo y una tristeza enorme. No aguantó más en aquel lugar y decidió irse discretamente aprovechando que había una pausa en la exposición.
Cuando salió de la estancia se encontró a la persona encargada de dar la charla, la cual había salido a tomar el aire. Esta se quedó extrañada y le preguntó si todo iba bien. El hombre le dijo secamente que aquello no era para él. El responsable entendió lo que le pasaba y le dijo que él también era consciente de todas las injusticias que se cometían en el proceso, pero que prefería centrarse en el lado positivo. Agregó que gracias a aquello muchas personas y sus familias podían comer. Continuó diciendo que así evitaban la extinción de las ostras naturales. El hombre estaba demasiado irritado para discutir sobre eso. Se disculpó y se fue rápidamente de aquel sitio que cada vez le parecía más triste.