La relación
Cruzó la calle con la cabeza agachada y no miró si venían autos. Un conductor le gritó que el semáforo estaba en rojo pero él estaba tan absorto en sus pensamientos que apenas se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Por suerte, había un atasco enorme y los vehículos no podían ir muy rápido, por lo que el hombre que estaba al volante tuvo tiempo de frenar con seguridad. Él sentía una tristeza inmensa y estaba deseando que se terminara aquel día para llegar a su casa, acostarse y olvidarse de todo. El problema era que todavía tenía muchas cosas que tenía que hacer con carácter urgente y no podían ser retrasadas.
El joven no lograba entender como había caído de nuevo en aquella situación. Ya le había pasado varias veces, pero siempre le pillaba desprevenido. Al final, terminaba tan afectado que todos los aspectos de su vida resultaban gravemente perjudicados. Sacó su cartera y miró la foto de una muchacha. Pensó que era realmente ridículo todo lo se había inventado en su cabeza y en como había sido víctima de una cruel confesión en su relación al interpretar que todas las señales que ella hacía iban dirigidas hacia él.
Cuando se vino a dar cuenta, resultó que todos aquellos gestos y miradas enamoradas tenían como objetivo otro amor. Y para ella, él era como una especie de amiga a la que contarle sus íntimos secretos. Había caído en lo que la gente joven denominaba friend zone. El gran golpe se lo llevó cuando ella misma le presento a su nuevo novio. Supo disimular muy bien en aquel momento. Sonrió como si no le importara la más mínimo aquella situación. Le dijo a la muchacha que amaba que se había olvidado de hacer un trámite y se marchó lo más rápido posible. Ella ni se dio cuenta de lo que le pasaba.
Después de recordar por vigésimo quinta vez toda la historia, él decidió que ya había sido suficiente. Sacó la foto de su cartera y la tiró con gran dolor a la basura. Luego se alejó de allí asumiendo que su relación había terminado y nunca más se volverían a ver.
