
La caminata
Se pusieron en camino al mediodía. La intención de la pareja era llegar cuantos antes al pueblo de al lado, que se encontraba a 10 kilómetros de distancia. Para ello, la caminata tenía que ser rápida y apenas podían hacer pausas. Estaban completamente solos durante en el recorrido. Quedaba muy poca gente viviendo en aquella región. Las personas que todavía se encontraban allí ya eran muy mayores y solo salían de sus casas para lo que era estrictamente necesario.
De repente, ella se paró sobresaltada. Palpó con sus manos la parte trasera de su mochila y suspiró aliviada. Por un momento, pensó que había olvidado las llaves de la vivienda del otro pueblo, pero no era así. Esto ya le había pasado otras veces cuando estaba llegando a su destino, por lo que había tenido que regresar al punto de partida caminando. La razón era que allí no había transporte público y ellos no tampoco tenían ningún auto. Iban hablando de cualquier cosa mientras caminaban para hacer mas entretenido en el recorrido. Había algunas nubes en el horizonte, pero por el momento no parecía que fuera a llover.
Cuando habían logrado completar casi la mitad del camino, se dieron cuenta de que iban muy bien de tiempo, así de que decidieron hacer una pequeña pausa para comer y beber algo de lo que traían en sus mochilas. Estaban acostumbrados desde muy jóvenes a hacer aquella caminata de un pueblo al otro, por lo que para ellos esto era una cosa totalmente normal. Para aquella pareja, tener una vivienda en cada pueblo y no disponer de transporte era una ventaja en el sentido de que hacían ejercicio de forma periódica y se mantenían en forma. El problema eran los días que hacía mal tiempo o tenían muchas cosas que hacer. Pero esto lo consideraban como parte de su vida y no les molestaba, sino todo lo contrario. Siempre lo habían llevado muy bien.