
El visitante
No había estado estado nunca allí. Tenía mucha curiosidad por explorar aquel lugar, pero a la vez sabía que tenía que ser cauto. Había tenido algunos percances en el pasado por culpa de su exceso de confianza. De esa manera, había adquirido algo de experiencia. No sabía muy bien por donde empezar. Su expresión dudosa lo delató porque una señora se acercó a preguntarle si se había perdido. Él respondió que solo era un visitante que quería conocer un poco el pueblo. La mujer se presentó y le dijo que si quería ella misma podía servirle. El hombre se sorprendió de su amabilidad y aceptó inmediatamente.
Primero fueron a visitar la iglesia del pueblo. Luego se dirigieron a la antigua biblioteca, donde el visitante tuvo la oportunidad de ojear algunos libros de gran valor. Después, pasaron por la hermosa plaza grande, que estaban empezando a adornar en ese momento para las fiestas. Por último, se acercaron a la costa para que el hombre tuviera la oportunidad de admirar la bella vista que proporcionaba el océano. Allí estuvieron bastante tiempo porque el viajero estaba entusiasmado con el lugar.
La señora le preguntó al hombre si sentía con hambre, a lo que él respondió afirmativamente. Después de tanto caminar, se le había abierto el apetito. Ella le invitó a comer su casa. Le dijo que tenía comida de sobra y que estaba segura de que le gustaría. Regresaron al pueblo y entraron en la casa de la dama. Esta tenía un tamaño pequeño, pero estaba adornada de forma muy elegante en su interior. El explorador fue invitado a tomar asiento. Le encantaba el aroma fresco de aquel hogar. La señora tenía razón, la comida le gustó mucho. Después del almuerzo, estuvieron conversando un par de horas acerca de sus respectivas vidas.
Al atardecer, el hombre le dijo a la señora que le hubiera gustado pasar aún mas tiempo allí, pero se tenía que reunir con sus hermanos en el pueblo contiguo. Le agradeció su hospitalidad y su esfuerzo por enseñarle el pueblo. La señora le hizo prometer que volvería y la visitaría cuando tuviera otra oportunidad. Así lo hizo y partió sonriente y agradecido de haber encontrado a alguien así.