El mensaje

El mensaje. Imagen de Tumisu en Pixabay
Imagen de Tumisu en Pixabay 

El mensaje

No tardaron en llegarle multitud de correos y mensajes a su teléfono pidiendo explicaciones por lo que había dicho. Cuando vio los primeros no le dio importancia porque sabía que siempre había alguien que se enfadaba o se tomaba las cosas muy a pecho. Se empezó a sentir realmente preocupada al ver que ya había pasado un día y muchas personas seguían exigiéndole que se manifestara al respecto.

Su primer impulso fue publicar un mensaje en las redes sociales afirmando que no estaba hablando en serio. Se puso a redactar en su computadora y en unos minutos tenía lista la comunicación. Se aseguró de que estuviera bien redactada y sin faltas de ortografía para que luego no le dijeran que lo había hecho corriendo y por compromiso. Estaba a punto hacer público su escrito de forma simultánea en todas su redes. Entonces se acordó de que ahora tenía una asesora especializada en aquellos temas. Pensó que ya que la había contratado, sería acertado preguntarle que opinaba sobre su texto y así tal vez podría corregir alguna cosa.

En el instante en el que tomó su teléfono vio como le llegaba un mensaje de la persona a la que pensaba llamar. Ella no podía dar crédito a lo que leía. Su asesora le acababa de comunicar que ella también había leído su polémico mensaje y se encontraba verdaderamente decepcionada con aquel comportamiento, por lo que había decidido dar por finalizada la relación comercial que había entre ambas. La joven se pellizcó con la esperanza de que todo aquello fuera una simple pesadilla, mas solo consiguió que una parte su brazo se enrojeciera.

Buscó el mensaje en su ordenador para releerlo con atención. Lo examinó palabra por palabra pero no encontró nada que pudiera resultar al menos un poco ofensivo. Se sentó al borde de su cama con un semblante afligido. Se suponía que había hecho algo incorrecto por lo que debía sentirse culpable pero no sabía lo que era.

Un nuevo mensaje entró en su teléfono. Esta vez era su novio. Le comunicaba que su enorme comunidad de seguidores había conseguido ponerse de acuerdo para gastarle una broma. Además, lograron contactar con su asesora para que colaborara e hiciera la situación aún más dramática. Una sensación de alivio recorrió su cuerpo pero a la vez sentía rabia por el mal rato que le habían hecho pasar. Decidió contraatacar y se pusó a pensar en algo sobre ella que pudiera parecer muy verídico para hacerlos caer a todos en la trampa.

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