
El grupo
Cuando todos los miembros del grupo se separaron no pensaron que iban a tardar tanto en encontrarse de nuevo. Los participantes subestimaron las dificultadores del terreno y su tamaño. Nadie tenía un plan preparado por si las cosas se complicaban. Así fueron pasando las horas y lo que todos habían dado por hecho antes de empezar se fue resistiendo hasta llegar a un nivel dramático. Varias personas estuvieron a punto de desistir debido al agotamiento. Solo continuaron para que el grupo pudiera seguir en la competencia. Otro problema importante fue la temperatura. Hacía un calor extremo y las prisas por superar los obstáculos a tiempo provocaba un estrés importante para todos los miembros.
Tras ocho interminables horas, los miembros del grupo volvieron a reunirse a excepción de una persona. Todo el mundo estaba deseando irse a descansar pero sabían que tenían que esperar por el último participante antes de retirarse. Al principio pensaron que aquella persona simplemente se había quedado rezagada. Sin embargo, el tiempo seguía pasando y no llegaba el que faltaba. Algunos miembros del grupo sugirieron la opción de ir a buscarle. Otros replicaron que era demasiado arriesgado, pues ya todo estaba muy oscuro y las personas que fueran en búsqueda del joven extraviado podrían también perderse, con lo que el problema se multiplicaría.
El cansancio se notaba y la tensión aumentaba entre los miembros a medida que discutían. Los mas mayores se dieron cuenta de lo que pasaba e intentaron calmar los ánimos a los demás. Al final, acordaron entre todos que esperarían un poco más y si el que faltaba no llegaba pedirían ayuda a los miembros de la organización. Esto no hizo falta porque al cabo de unos instantes apareció finalmente el que había desaparecido. Hubo un clamor de alegría y una sensación de alivio general. Ahora podían ir a dormir y descansar antes de las pruebas del día siguiente.