
El evento
La convocatoria no había tenido el éxito esperado. Apenas media docena de personas se habían presentado en el lugar. Por esta razón, los organizadores decidieron cancelar el evento. Se lo comunicaron a los que habían venido y les pidieron disculpas. A continuación, les invitaron a comer del catering que estaba preparado, para que por lo menos se fueran de allí con una buena impresión.
Las cuatro personas responsables del evento se sentaron alrededor de una mesa y se pusieron a discutir sobre la poca asistencia de público. Uno de ellos argumentó que tal vez no había sido lo mas adecuado escoger un día entre semana como el Miércoles para hacer su presentación, pues mucha gente que deseaba asistir no había podido hacerlo por falta de tiempo. Otro de los organizadores añadió que el acto se anunció demasiado tarde. Muchas otras personas ya tenían planes para la misma fecha y no podían cambiarlos de un día para otro. Una tercera voz sugirió que para la próxima vez deberían celebrar el acto en un punto mas cercano al centro de la ciudad. Así, los interesados no tendrían que desplazarse tan lejos. Finalmente, acordaron entre todos tener en cuenta en los errores que habían cometido para cuando surgiera una nueva oportunidad de hacer una convocatoria.
Después de que se hubieron marchado los últimos asistentes, los organizadores decidieron comer también del catering porque estaban de acuerdo en que era una pena desperdiciar toda aquella comida. Mientras tomaban buena cuenta de los alimentos, charlaban sobre sobre asuntos cotidianos de su vida. Cuando estuvieron satisfechos, se dieron cuenta de que un quedaban muchísimos platos, así que los guardaron para llevárselos. Recogieron todo, limpiaron el lugar para que quedara como antes de llegar, y partieron los cuatro juntos en el viejo auto en el que habían llegado.