14 de Febrero. La telesilla de Robert Winterhalder entra en funcionamiento
El 14 de Febrero de 1908 comenzó a funcionar la primera telesilla de la historia. Lo hizo en Schollach, un distrito de Eisenbach situado en Austria. El creador fué Robert Winterhalder, un molinero y director de la casa de huéspedes Schneckenhof. Así, sus huéspedes podrían acceder a las cumbres de forma mas sencilla.
Aumento del turismo de montaña
El número de turistas que frecuentaban las montañas de la Selva Negra empezó a crecer a comienzos del siglo veinte. Los médicos recomendaban venir a Schollach a las personas que sufrían de anemia, a los asmáticos y a los trabajadores del área del Ruhr con pulmones dañados por el trabajo que realizaban en las minas. Así, estos se recuperaban en el Schneckenhof gracias al aire limpio y al agua, que era fuertemente rica en hierro.
Siguiendo los consejos de los doctores, muchos visitantes tenían la intención de subirse a la cima las montañas y lanzarse desde allí con su trineo o sus esquíes aprovechando que estaban llenas de nieve. De esta manera, podían llenar sus pulmones de aire fresco. Sin ambargo, primero tenían que ascender a pie. Esto resultaba agotador, especialmente para los que sufrían de asma.
La telesilla de Winterhalder
Winterhalder se dió cuenta de la dificultad que sus huéspedes tenían para ascender. Por ello, decidió crear un estructura que facilitara el acceso a las cumbres a cualquiera que lo deseara. Esta consistia en una cuerda sin fin que estaba atada a cinco soportes de madera situados en las laderas de las montañas. El épico ingenio medía 280 metros de largo y permitía superar una altura de 32 metros. La energía necesaria para lograr el movimiento provenía del molino de agua que Winterhalder había estado usando desde 1900 para transportar desde allí granos recién cosechados y sacos llenos de harina molida hasta la casa a través de una cuerda sin necesidad de arrastre.