La primera paz mundial
Uno de los objetivos que se ha marcado la humanidad en conjunto desde hace tiempo es el logro de una paz a nivel global. Por desgracia, dicho objetivo aún no se ha logrado y se está muy lejos de conseguirlo. Incluso hay quienes piensan que un mundo sin luchas entre países no es realista y jamás tendremos la oportunidad de verlo.
Los conflictos armados están estrechamente vinculados con la incapacidad de pensar de forma independiente de algunos miembros de la sociedad. Las personas con habilidades para influir y manipular se aprovechan de esta situación. Así, convencen a una mayoría de que es necesario actuar de forma beligerante contra su enemigo. Detrás del conflicto se esconden intereses que muchas veces son del tipo económico. Estos intereses solo benefician a las personas que han incitado a los demás a abandonar la paz y a entrar en guerra, pero gran parte de la población nunca se da cuenta de esto. Siempre ha sido y sigue siendo muy fácil engatusar a la gente con patrias y banderas como excusa. Tampoco faltan las promesas de una vida mejor con más libertad y seguridad. Estas suelen calar con mayor profundidad en épocas de crisis donde todos se aferran a cualquier cosa.
Los cuerpos conocidos como ejércitos son la parte clave de los conflictos armados. Dichos cuerpos tienen un lado positivo. Han demostrado que gracias a su entrenamiento pueden hacerse cargo de labores específicas que se requieren en un momento crítico. También están presentes en situaciones de emergencia como catástrofes naturales o de cualquier otra índole. Sin embargo, los soldados están sometidos a una serie de mecanismos que les impiden entrar en una guerra aunque no lo deseen. Como hemos dicho, la manipulación psicológica en forma de patria y bandera funciona muy bien en estos casos. Existen personas dispuestas a acabar con la vida de otras e incluso con la suya propia porque están convencidas de que es lo mejor para su país. La realidad difiere de esto, pues los resultados de una guerra siempre son los mismos: pérdida de vidas humanas, crisis financiera y destrucción ecológica y material.
Al final de un conflicto siempre hay muchos más perjuicios que beneficios. Lo que se ha construido durante décadas puede disolverse en cuestión de días. Es cierto que a lo largo de nuestra vida nos dejaremos influenciar por la forma de pensar de otras personas porque vivimos en una sociedad, pero tal vez sería bueno que aprendiéramos a no dejarnos llevar tan fácilmente y a visualizar que consecuencias podrían tener nuestras acciones en el futuro. Si la mayoría de los miembros de la humanidad lograra pensar de forma independiente y racional, podría ser posible que se alcanzara la primera paz mundial. Es tan sencillo como complicado.